Amanecía. Mientras el sol terminaba de posarse sobre la montaña que estaba al frente de mi ventana, me estiré, me pasé las manos por los ojos y seguí leyendo cada uno de todos los cuentos que estaban en el blog; Me habían entretenido toda la noche, me habían llevado a imaginar cosas atroces pero sobre todo me hacían olvidar que en la vida habían cosas peores. ¡El ser humano!
Me gustó. Es bueno.
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