martes, 19 de octubre de 2010

Los retrasos de la Muerte

Ayer en uno de mis extensos viajes lo conocí, era un gnomo desdentado que bebía té con la muerte; el gnomo tenía un par de galletas a su lado, y la muerte esperaba a que las comiera, victima de la desgracia de no tener dientes; el gnomo no pudo comerlas, y como la muerte es educada no se levantó sin que el gnomo terminara.
El té se había acabado y la muerte tuvo que sufrir la desgracia de no poder ir a trabajar.

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